Descubre las icónicas frambuesas bañadas en chocolate de la Patagonia que causan sensación
Franuí aterriza en España para revolucionar el momento del tentempié con una propuesta delicatessen para los ‘chocoadictos’. Una propuesta innovadora en la que prima la calidad de su producto.
Con su primera fábrica en Europa (en la ciudad de Valencia), Franuí es capaz de producir 24 millones de tarrinas al año, cifra que planea cuadruplicarse en los próximos cinco años.
Franui, en sus dos variedades, ya pueden encontrarse en Carrefour y Glovo, entre otras tiendas en España.
Las Franuí nacieron hace ocho años como unos bombones locales que podían encontrarse en una pequeña ciudad de la Patagonia, pero han acabado convirtiéndose en un dulce emblemático del país. Su creador, Diego Fenoglio, fundó la empresa Rapanuí con el propósito de crear una chocolatería que integrase tanto la tradición como la innovación. De todas sus elaboraciones, sin duda, el producto estrella han sido las frambuesas bañadas en chocolate bautizadas como Franuí. Ahora, tras haber conquistado los paladares argentinos, ha decidido aventurarse y emprender un viaje de expansión internacional en el que la primera parada es España, concretamente Valencia, donde ha instalado su nueva fábrica.
Un híbrido entre helado y bombón
para los ‘chocoadictos’
Los Franuí se definen como unos pequeños bocados de frambuesas frescas. Para elaborarlos, se seleccionan frambuesas cultivadas por pequeños productores de forma regenerativa: se clasifican a mano en el momento justo de maduración, para encontrar la acidez ideal. Posteriormente, se bañan en dos capas de chocolate de dos variedades diferentes: chocolate blanco y chocolate negro, o chocolate blanco y chocolate con leche.
El punto diferencial de este producto respecto a cualquier otro similar, es que se comercializa y conserva congelado en tarrina. No obstante, se aconseja descongelar la tarrina cerrada a temperatura ambiente una hora antes de su consumo para poder apreciar todo su potencial. La acidez justa de las frambuesas contrarresta el dulzor de la doble capa de chocolate creando una explosión de matices. Las populares frambuesas argentinas han supuesto un antes y un después en el mundo de los dulces. Tal y como señala Leticia Fenoglio, una de las propietarias de Rapanuí, “Franui es un producto que ha creado una nueva categoría dentro del mundo dulce, es un snack, es una fruta, es un chocolate, y se encuentra congelado. Creemos que compite dentro de los helados y postres por la forma en la que se exhibe, pero igualmente sostenemos que es un producto para consumir donde quieras y como quieras”. Una propuesta que ya ha cautivado a los amantes del chocolate como tentempié para disfrutar sólo o en compañía.
El sabor de un largo legado familiar
En 1947, después de la II Guerra Mundial, Aldo Fenoglio e Inés Secco decidieron emigrar de Turín, su ciudad de origen, a la Patagonia argentina. Tan sólo un año después, fundaron la primera fábrica de chocolate del país bajo el nombre de “Fenoglio”. Desde ese momento, la empresa no ha dejado de crecer hasta el punto de convertirse en todo un fenómeno líder en chocolates y helados artesanales de la región.
Diego y Laura, los hijos del matrimonio italiano, tuvieron que tomar las riendas del negocio cuando Aldo falleció. Sin embargo, poco tiempo después, Diego decidió vender su parte de la empresa a su madre y su hermana porque quería cambiar de rumbo hacia un modelo de negocio premium con productos más exclusivos. Por eso, en 1996 fundó Rapanuí, una chocolatería gourmet cuya prioridad es la calidad y la originalidad, pero que a la vez es fiel a su legado artesanal. En la actualidad, en la empresa también participan Aldo y Leticia Fenoglio, los hijos de Diego.
“De Bariloche para el mundo”
Rapanuí es una historia de emigración, tradición, transformación, pero sobre todo, de crecimiento. A día de hoy, las Franuí se encuentran en 2.800 puntos de venta en Argentina, con perspectivas de crecimiento en la región. En total, posee 11 locales propios de Rapanuí en Buenos Aires, 3 en Bariloche, 7 en la Capital Federal y 1 en Gran Buenos Aires, que funcionan con 11 darkstores en el interior del país.
A finales de 2020, 73 años después de que Aldo e Inés dejasen Italia y emigraran a América, la familia Fenoglio ha vuelto a Europa a través de los Franuí. La ciudad de Valencia ha sido la elegida para establecer su nueva fábrica, que es capaz de producir 24 millones de tarrinas al año. Sin embargo, la intención de la empresa es cuadruplicar la cifra para abastecer a todo el viejo continente. Tras una inversión de 3,5 millones de euros y 3.500 metros cuadrados, en la factoría trabajan, por el momento, 20 trabajadores. Las expectativas de crecimiento de la empresa hacen prever una contratación de 70 personas para abastecer al mercado español y europeo.
Actualmente ya es posible comprar los bombones en distintos puntos de España como Carrefour, Spar (en Canarias), así como en algunas pequeñas cadenas gastronómicas, tales como Oriental Market, Delicatessen Argentinas y Little Thai. Su intención es seguir creciendo tanto en el canal retail como aumentar la presencia en hoteles, restaurantes y cafeterías. Además, aunque de momento sus planes de crecimiento se centran en el mercado español, la empresa pretende expandirse por los mercados de otros países de Europa, Estados Unidos y América Latina.